Supongo que después de tantos artículos, queda más que claro que los accidentes laborales pasan en cualquier momento. Eso significa que debemos estar alerta siempre. Pero hay momentos del día en que es más peligroso realizar según qué tipo de tareas. No porque sean más peligrosas sino por nuestra percepción y por nuestros sentidos. Veamos a qué me refiero.
Los peores momentos para trabajar
Las tareas que tienes que desempeñar a diario son igual de peligrosas y conllevan los mismos riesgos laborales las hagas cuando las hagas, pero si tienes la libertad de poder gestionar tu agenda, es mejor que las dejes para aquellas horas en las que te sientas mejor ya que hay momentos y ocasiones en las que nuestro estado puede incrementar la peligrosidad.
A mediodía
Como es obvio, trabajar justo después de comer es algo incómodo. El cuerpo envía una mayor cantidad de sangre al estómago para poder realizar la digestión de forma correcta, y justo en el transcurso de la digestión el resto del cuerpo cuenta con menos sangre para realizar lo que sea que tengamos que hacer. Eso significa que nuestro cerebro también tendrá menos sangre, con lo que nuestros sentidos bajan la atención. Durante ese rato, somos más vulnerables y al no tener los sentidos al 100%, seremos más propensos a sufrir cualquier accidente.
Si a eso le sumamos una comida copiosa, aún será peor. Nuestro cuerpo nos estará diciendo que necesitamos una siesta (y más si ya tienes la costumbre de hacerla).
Así que en jornadas laborales en las que tengas que trabajar a mediodía sin descanso, muchísimo mejor si tomas un tentempié o algo ligero. Olvídate del potaje y las lentejas.
Por la noche
Evidentemente, trabajar durante la noche es otra de las razones para no realizar tareas que impliquen una gran atención, y mucho menos que tengan riesgos. Aunque se diga (o exista el mito) que nos acabamos acostumbrando a dormir de día y que nuestro cuerpo a cambiado el horario, no es cierto. Si que es posible que “más o menos” nos acabemos acostumbrando, pero estoy seguro que te costará muchísimo menos volver a la normalidad de dormir de noche, que cuando empiezas a dormir durante el día.
Eso es muy simple de explicar. Nuestro cuerpo está diseñado para descansar durante las horas nocturnas. A diferencia de otros seres vivos que descansan durante el día y viven durante la noche, el ser humano no está diseñado para tal.
Y lo verás muy rápidamente con esto. ¿Cómo son los ojos de los animales nocturnos? ¿Qué tipo de visión tienen? Con una simple búsqueda en Google verás que no tiene nada que ver con el ser humano.
Así pues, mucho cuidado con las horas nocturnas, que aunque creamos que nos hemos adaptado…
Con baja visibilidad
Igual que en el punto anterior, tener una baja visibilidad nos expone mucho más a los riesgos. Por esa razón deberías evitar conducir en días con mucha niebla, trabajar en lugares poco iluminados, o de noche.
Se que suena obvio, pero te sorprenderías de la cantidad de cosas que he llegado a ver…
Cuando estás incómodo
He dejado para el último este punto porque creo que no somos conscientes de lo importante que es estar cómo cuando realizas tareas peligrosas. La comodidad no se basa en tener un asiento acolchado, con trabajar en una oficina, o mil cosas que se te puedan ocurrir. Sino que una de las cosas que más influye es el vestuario que llevamos. Por ejemplo: actualmente desarrollo actividades dirigidas en un gimnasio algunas horas a la semana (a parte que me gusta y me permite estar en forma), y no te imaginas la diferencia que hay en hacer clases con un calzado más económico o poco preparado, que hacerlas con un calzado cómodo y de calidad. Si además añades una buena equipación, la cosa cambia muchísimo. La motivación que se transmite, la estabilidad que sientes, entre muchas cosas más.
¿Qué te hace pensar que en tu sector laboral es distinto? Si no me crees, haz la prueba con algún artículo de tu vestuario. Pide asesoramiento a un profesional y haz la prueba. Me encantará saber tu opinión y tu experiencia, así que puedes dejarme un comentario en la zona de comentarios 😉