En el artículo de hoy me gustaría darte algunas razones por las que no deberías utilizar nunca tu vestuario habitual para trabajar.
La ropa de trabajo se relaciona con el trabajo
Aunque parezca obvio, nuestro vestuario laboral lo relacionamos con el trabajo. Eso significa que cuando llevamos nuestra ropa de trabajo encima estamos más predispuestos a desempeñar tareas laborales.
Veámoslo de otra forma. Cuando aquellos que trabajan en casa, pasan de tener un despacho a que la casa entera sea su despacho, acaban mezclando todo, y siendo improductivos en todo. No se centran a cada momento lo que toca.
Visto así, en el aspecto del vestuario es exactamente lo mismo.
No cumple con la seguridad que necesitas
Ya hemos hablado muchas veces de la importancia de la seguridad en el trabajo, por tanto, ¿qué nos hace pensar que el vestuario de calle es igual que el laboral?
Partiendo de la base que la ropa que usamos fuera del trabajo tiene como objetivo el estilo, la moda y estética, no cumplirá nunca las necesidades de seguridad necesarias.
En cambio, el vestuario laboral, a parte de tener cada vez más aspectos estéticos, tiene como objetivo cumplir una normativa de seguridad, y cubrir las necesidades de nuestras tareas de trabajo.
Puede traerte problemas
Relacionado con el punto anterior, no solo no cumple con la seguridad que necesitas, sino que puede provocar un accidente.
Por ejemplo, llevar unos pantalones tejanos en ciertos ambientes pueden engancharse en maquinaria, o caer algo de ácido encima y traspasarlos. Pueden hacerte caer de una altura por llevar las herramientas en los bolsillos que no son adecuados, y así podríamos seguir.
Conclusiones
Usa cada vestuario para cada ocasión. ¿Verdad que no irías a la montaña en traje y corbata?